martes, 21 de octubre de 2008

EL ORO DEL SUR

PILAR ADON
Estas piernas húmedas no me pertenecen.
Caminan junto a mí, pero no son las mías.
Mi corazón sabio me sugiere que no me asuste, porque no son mías.
Mis piernas han desaparecido,
suplantadas por trozos de carne húmeda que no reconozco, que olvido.


El azul de los brazos,
la devoción de los labios,
el giro de la cabeza hacia el firmamento. Universo negro.


Creador de paraísos ajenos, ¿en qué dirección buscarte?


Virajes, latitudes, orientación en brújula.
Vergel de verdes pájaros y sonidos mansos,
explícame en qué cumbre. Explícame cómo. Y dime, ¿por qué esa altura?
Semejante altura para seres tan diminutos.


No puedo interrumpir ahora la huida. Iniciada está y seguiré.
Las piernas no mías me orientan.
Observador de mi escasez, háblame.
¿Cómo sabré que puedo detenerme?




Pilar Adon